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domingo, 29 de junio de 2014

~No será solo un juego~ / Capítulo 38/

  No se si tenía que salir corriendo de allí o simplemente darme por muerta. Retrocedí unos pasos, aquel chico, no parecía ser el mismo que conocí. Casi temblaba sin querer y las piernas me flaqueaban, motivo por el cual no había salido corriendo aun. Miraba fijamente a sus ojos, mientras pensaba que iba a morir al igual que muchas otras cosas que pasaban por mi cabeza sin permiso alguno. Noté de nuevo, con un vago recuerdo, como aquellos punzantes colmillos se clavaban en mi cuello.  Realmente tenía miedo, y es que si había sido capaz de beber de mi y de matar a aquel tipo de aquella manera, ¿ por qué no iba a matarme a mi ?  El dorso de su mano derecha, limpiaba el hilillo de sangre que caía por la comisura de sus labios, aquello me asqueó bastante un casi salió un agg de mi boca. Ethan avanzó unos pasos hacia a mi y yo retrocedí hasta chocar contra la pared.
  - Me dijiste que no tendrías miedo ... - sonaba a reproche, ¿ cómo no iba a tenerlo ? Mis pensamientos no pasaban mas allá de mi mente. No podía gesticular palabra, estaba tan atónita que no podía emitir sonido alguno. - No confías en mi ...
  - ¿ Cómo quieres que lo haga ? - un susurro casi inesperado salió por fin de mis labios.
  - No ... - uno de sus puños fue a parar a uno de los tabiques de hormigón del lugar, haciendo que algunos pedazos se desprendieran de este. Aquella reacción me hizo ponerme más tensa y tragar un poco de saliva.     - ¿ Por qué me tienes miedo Alison ? - las palabras salieron a voces. Ni siquiera sé como Ethan estaba sujetándome con tanta fuerza de aquella manera, unas milésimas de segundo antes, se encontraba a unos metros de mi. Cerré los ojos con fuerza y quise hacerme una bola en aquel momento como método de protección, pero su agarre no me permitía moverme.
  Los cristales de las ventanas comenzaron a vibrar y algunas de las portezuelas de madera vieja que sostenían estos, comenzaron a abrirse y cerrarse haciendo un ruido infernal, como si las bisagras estuviesen totalmente oxidadas. Ethan parecía estar fuera de sí, y empezaba a doler tanto la presión que ejercían sus manos sobre mí, que unas lágrimas escaparon de mis ojos. De golpe, desapareció. Aquella presión ya no estaba allí y los ventanales habían quedado en completo silencio. Abrí los ojos que se encontraban llenos de lágrimas y observé que Ethan ya no estaba allí. Me abracé a mi misma con fuerza, mis brazos estaban completamente rojos y aun dolía el simple echo de rozarme. Cogí algo de valentía y abandoné el lugar tras cruzar, sin más remedio, entre la cabeza y el cuerpo de aquel ser.
  No se donde estaba, pero corría como una loca mientras recordaba y procesaba todo lo que había pasado. Corría tan deprisa que ni siquiera me fijaba en las cosas que sucedían a mi alrededor o en algún detalle que me hiciera reconocer el lugar. Algo me hizo pensar que alguien me seguía y miré alguna vez que otra a mi espalda, pero no había nada ni nadie. Sin embargo si había una bocecita en mi cabeza que simplemente me decía - ¡ corre ! - Obediente y asustada era lo único que hacía. Mis pies estaban cansados y apenas podía seguir. No se de donde estaba sacando las fuerzas, pero aquella especie de casa, hacia rato que se había perdido del mapa. No parecía haber civilización cerca, solo había árboles, maleza y más árboles, y algo más ... la pluma negra que calló justo en mi pelo, tras escucharse aquel atroz graznido.

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