Seguidores

lunes, 2 de junio de 2014

~No será solo un juego~ / Capítulo 36 /

  - ¿ Cómo te encuentras princesa ? - susurró aquella voz tan dulce.
  - Mi vida es la de una reina comparada con la tuya en este momento - susurré entre lágrimas. Me costaba creer que aquel era mi Matt, que aquel saco de huesos era aquel chico tan encantador y guapo.
  - Estoy bien ... - Él mismo sabía que eso no iba a convencerme para nada, pero quiso darme algo de tranquilidad, tranquilidad que desapareció al verle toser y ver como vagamente intentaba tapar la mancha de sangre que había dejado en su mano.
  - Dime como puedo ayudarte Matt. Dime donde estas te lo ruego. - Ni siquiera yo sabía como mi voz era capaz de salir de mi interior. Mi rostro estaba repleto de lágrimas. Le abrazaba con tanta fuerza que parecía crujir de dolor entre mis brazos, y aunque intentaba sonreír y mostrarse tranquilo, lo vi ... Vi como una lágrima recorría su rostro, mejor dicho lo que quedaba de él. - Por favor ...
  - No podrás venir a donde estoy cariño - susurró - este lugar es muy peligroso para ti. No dejes que ellos puedan manejarte a su antojo. - Sus frágiles manos cogían mi cara entre ellas para mirarme a los ojos. - Alison tienes que prometerme que no vendrás a este lado ...
  - No puedes pedirme eso - mis lágrimas no cesaban ¿ cómo podía pedirme tal cosa ? Deseaba con todas mis fuerzas saber donde se encontraba y poder sacarlo de aquel lugar, de traerlo de vuelta conmigo. - No tienes derecho a hacerlo ...
  - Alison - su brillo en los ojos había desaparecido, parecía haberse extinguido de por vida. - Tienes que luchar y ser fuerte por ambos, por todos en realidad. Recae un gran peso sobre ti, que todos esperan que sepas llevarlo. Entiendo que parezca difícil, mejor dicho lo es, pero piensa que puedes salvar a miles de personas si tomas las decisiones correctas.
  - En este momento solo quiero salvar a una persona que parece no querer ser salvada ... Necesito salvar al amor de mi vida y que me ayude con todo esto, que me abrace de verdad y no solo en sueños o lo que quiera que sea esta cosa ... - era prisionera de mis lágrimas, no paraban de salir, una tras otra.
  - Se me parte el alma al verte así, por favor princesa - susurraba delicadamente mientras retiraba mis lágrimas con sus dedos - deja de llorar y de sufrir así por mi - sus labios empezaron a borrar el rastro de las gotitas de agua que no cesaban de salir.
  - Y a mi se me parte el alma de ver que no puedo tenerte realmente a mi lado ... - mis palabras se clavaban en él como pequeños puñales, pero no lo hacía a propósito, simplemente le decía aquello que sentía.
  - Bésame Ali .. - susurró - hazlo antes de que desaparezca de nuevo y no pueda seguir contigo ...
 No me hizo falta nada más, simplemente lo hice, lo besé con todo el amor que sentía por él. Tenía razón, no se cuando volvería a tenerlo así o en persona, pero aquello era tan real, que parecía estar realmente allí conmigo. Y cuando el acariciaba mi mejilla con sus dedos, se esfumó.
 
  Desperté sobre mi cama, me sentía mal y sola. Acaricié mis labios, que aun recordaban los de Matt y pude notar un sabor un tanto amargo, tardé unos segundos en recordar a que me sonaba tal sabor. Nada más y nada menos que a la sangre, y entonces recordé cuando Matt tosió. Miré la carta que aun seguía en mi mano, hecha casi una bola. La sangre, podía ser de él. Tenía que averiguar donde estaba y tenía que ser ya, antes de que le pasara nada y estaba dispuesta a jugármelo todo.

  Había quedado con Ethan en el cementerio, se había convertido en un lugar tan transitado por ambos, que parecía como un segundo hogar, por llamarlo de algún modo. Me encontraba observando la tumba de mis padres cuando una presencia fría se hizo notar tras de mi. No me giré, simplemente esperé que él dijera algo. Un silencio gobernó el lugar por un instante, no se escuchaba nada, y por unos lados era lo mejor del mundo, pero por otros era tan incómodo como tener a un vampiro que deseaba probarte a toda costa justo tras de ti.
  Sus dedos fríos apartaron el cabello que caía por mi espalda, dejando al descubierto la parte izquierda de mi cuello, casi podía notar su aliento chocar contra este. No hice nada, ni siquiera me moví, sabía que Ethan no lo haría. Podía ser todo lo malo que quisiera, pero cuando hacía una promesa la cumplía a toda regla, no sería capaz de hacerlo sin mi consentimiento, eso es lo que él había dicho. Seguí mirando con tranquilidad la tumba de mis padres esperando que dijera algo, cuando noté algo punzante y afilado atravesando la piel de mi cuello.
  

No hay comentarios:

Publicar un comentario