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miércoles, 18 de diciembre de 2013

~No será solo un juego~/Capítulo 30/

  En realidad no sabía que preguntarle, había tenido tantas preguntas revoloteando por mi cabeza desde que llegué, que ahora no sabía cuál era la correcta. Miré sus ojos, que parecían estar desanimados, sin vida, como si fueran un chiquillo al que acabaran de pillar tras una trastada. Sus manos se movían nerviosas y temblorosas y su postura parecía decir que se marcharía en cualquier instante sin permiso alguno. Mis manos seguían sobre la taza de café caliente, las tenía un poco heladas y la taza las calentaba poco a poco.
  - ¿  Quién soy ? - Quizá la pregunta más estúpida que podía haber dicho, pero la única que quiso salir a la luz.
  - ¿ Cómo ? - su gesto mostraba confusión, y la verdad es que lo entendí, era una pregunta un tanto extraña. - Eres Alison, mi sobrina.
  - No, para ... Sabes que quiero decir, ¿ qué soy ? - miré sus ojos seriamente. Mis manos aun estaban sobre la taza de café. Y mis ojos miraban los suyos con cierta seriedad.
  - No entiendo tu pregunta Alison. - Parecía no entenderla realmente y mi paciencia era enorme, pero empezaba a agotarse.
  - Mi madre era una maga y mi padre un ser oscuro, sea lo que sea eso ... - miré su cara, que ahora mostraba una expresión de asombro.
  - ¿ Cómo narices sabes eso ? - Parecía enfadado, frustrado y algo furioso. Sentí algo de miedo al ver su mirada. Bebí un poco de café.
  - La abuela me lo contó - bajé la mirada jugando con la cucharilla del café, mirando este para evitar sus ojos.
  - Sabes de sobra que no llegaste a conocer a tu abuela, no te atrevas a hablar de ella en mi presencia.
  - Pero ... -miré sus ojos que me miraban furiosa. - Sabes de sobra que si puede ser cierto, tu también lo eres ... Dijiste que responderías con sinceridad y no me lo estas demostrando. - Mi tono de voz subió.
  - No me levantes la voz Ali. Y sí, es cierto que dije que respondería con sinceridad, pero háblame tú también con ella.
  - Es justo lo que hago. Fue la abuela, la abuela me lo contó, más bien me lo enseñó. - Bajé de nuevo la mirada con los ojos vidriosos.
  - ¿ Te lo enseñó ? o quizá ... ¿ lo soñaste ? - sus ojos estaban clavados en mi, los podía casi sentir.
  - No he soñado nada, ella me lo mostró, no me hagas creer que estoy loca - grité llorando y me marché de allí.
  Escuché mi nombre, pero lo ignoré y salí de la casa, casi pegando un portazo. Corrí y corrí con lágrimas en los ojos, llegando al muelle. Me senté en este y seguí llorando mirando al horizonte. Cerré los ojos por un momento notando la brisa en la cara.
  Corría al ser perseguida, pero no tendría que ser por alguien malo, porque yo reía. Unos cálidos brazos rodeaban mi cintura y yo soltaba un pequeño grito mientras reía alzada por los aires. Justo cuando iba a ver su cara, abrí los ojos al notar una presencia fría, y lo que pareció ser una leve sonrisa dibujada en mis labios se desvaneció en la nada. Mis mejillas seguían húmedas por las lágrimas y mi piel se enfriaba por la brisa.
  - Hola Alison. - Una voz masculina conocida, salia de aquel cuerpo que acababa de sentarse justo a mi lado.
  - Hola ...
  - Creo que es hora de que alguien te de respuestas. - Su mirada estaba puesta en el horizonte, al igual que la mía. - Su voz no mostraba un ápice de cariño en este momento, era más bien fría y firme.
  - Pues parece ser que nadie esta dispuesto a hacerlo ... - Tenía las manos apoyadas en las tablas de madera del muelle y mi mirada acababa de bajarse al decir aquello. Me sentía traicionada, engañada, sola ...
  - Creo que puedo ayudarte si me dejas. - Su mirada se posó en mi, sus manos no llegaron a tocarme para no molestarme. Necesitaba permiso para volver a hacerlo.
  - Me da igual quien me lo cuente ya ... solo necesito saberlo Ethan ...
  - Pregúntame lo que sea, cualquier cosa, yo intentaré responder con toda sinceridad. - Su mirada buscó la mía, y la encontró.
  - ¿ Qué soy Ethan ... ? - mis ojos buscaban una respuesta, la suplicaban más bien.
  - Realmente nadie lo sabe Alison ... - Parecía decir la verdad, sus ojos no mostraban duda y sus labios seguían en una línea fina. - Tu madre era una maga y tu padre un ser oscuro como ellos lo llaman, y tú eres algo que no debería haber nacido.
   " Algo que no debería haber nacido ... " esa frase se repitió en mi mente. Volví a bajar la mirada lastimada quizá por sus  palabras. Suspiré y cogiendo una bocanada de aire, hice una nueva pregunta, mirando sus ojos. - ¿ Qué eres tú ?

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