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jueves, 7 de febrero de 2013

~No será solo un juego~ /Capítulo 22/

 - Ali yo ... - me miró con mucha confusión buscando como excusase o al menos buscar algo que decir ante su comportamiento - lo siento ...
Antes de que pudiera decir nada, Ethan se había marchado, tan deprisa, que no me dio tiempo ni a ver como se marchaba. Eso fue demasiado raro, porque había un largo camino por el que habíamos caminado, el cual estaba totalmente desierto. Parpadeé varias veces ante la confusión, pero el camino seguía totalmente vacío. Me aferré a la idea de que podía haberse ido corriendo, pero aun seguía siendo imposible.
 Comencé a caminar despacio para volver a casa. Antes de poder dar tres pasos seguidos, comenzó a llover de tal manera, que la ropa que llevaba se caló en poco más de 20 segundos. El cielo que antes estaba totalmente despejado, ahora estaba repleto de nubes negras y oscuras. El perfecto día de verano, se había convertido en uno totalmente invernal. Estaba completamente calada, por lo que seguí caminando sin correr demasiado. El hombro aun me dolía. Caminé hasta el muelle, me senté mientras la lluvia calaba hasta lo más profundo de mi. Estaba totalmente helada, no podía parar de temblar.
 Cerré los ojos. Cuando los volví a abrir, estaba en una habitación blanca, en la que había mucha luz. La luz me molestaba en los ojos. Me dolía todo el cuerpo y apenas podía moverme. Los ojos me pesaban demasiado. Al abrirlos, pude ver a Margaret cogiendo una de mis manos, intenté sonreír sin mucho éxito. Ella se apresuró para avisar a alguien. Miré al otro lado y pude ver a mi tío, estaba tumbado en un sofá que no parecía nada cómodo. Petter estaba muy demacrado, estaba algo despeinado y en su cara se podían ver unas grandes ojeras y la barba de varios días. Al fin pude dejar los ojos algo abiertos, y pude ver que me encontraba en la habitación de un hospital. Intenté levantarme un poco, pero no podía moverme. La cabeza me iba a estallar, me dolía demasiado. Un médico entró y me observó.
 - Parece que está mejor. Aunque aun no sé que le a podido pasar - dijo este.
 - ¿ Podrá darle el alta pronto ? - dijo Margaret.
 - Puede que esta tarde si está algo mejor. - El médico se marcho con una leve sonrisa.
 - Alison cielo, ¿ cómo estas ?
 Apenas se escuchaba un pequeño siseo que salía de mi boca.
 - Tranquila - dijo sonriendo, mientras apartaba el pelo de mi cara.
 Mi tío se despertó de golpe y se levantó, se acercó corriendo a mi y me miró algo preocupado.
 - Ali mi niña ... - me abrazó de tal manera que me levantó un poco de la cama.
 Me quedé un poco impresionada por lo que acababa de decir y hacer. Por un momento me recordó a mi padre, conseguí abrazarlo y susurrar - estoy bien ... - cerré los ojos con estos inundados de lágrimas. Él me abrazó más fuerte y pude notar la humedad de sus lágrimas en mi hombro. Abracé a Petter mas fuerte. Margaret sonrió ante la escena con los ojos algo lagrimosos también.
 Tras unas horas pude volver a casa. No sé por qué, pero al sentarme en el sofá, me abracé a mi tío y me quedé profundamente dormida al igual que él. Muchas veces me había dormido así junto a mi padre, siempre se estaba tan bien ...
 Cuando desperté, mi tío aun dormía y nos cubría una amplia manta a ambos. Margaret no estaba en el salón, en la cocina no se escuchaba ningún ruido y en la mesa pequeña que había cerca del sofá había una nota. Miré la hora, había perdido la entrada del instituto y mi tío tampoco había ido al  trabajo. Me moví despacio para no despertar a mi tío y ley la nota.
 No me hacía mucha gracia despertaros, estabais muy monos los dos dormidos. Ambos necesitabais agotados y necesitabais descansar bien. Volveré tarde, no he podido dejar la comida preparada, lo siento. Cuidaros, besos. 
 Sonreí levemente. Miré a Peter y lo tapé del todo con la manta. Entré en la cocina y me preparé unas tostadas para desayunar, cuando llevaba una media hora sentada en la cocina mientras desayunaba tranquilamente, entró mi tío.
 - Buenos días Alison - dijo con la voz algo somnolienta.
 - Buenos días tío - sonreí ampliamente. Había dormido genial a decir verdad.
 - ¿ Cómo estas ? - sonrió más amplio cuando escuchó lo de tío. - ¿ Te has vuelto a marear ?
 - Estoy bien. Pero ... no recuerdo mucho - le miré preocupada.
 - ¿ Recordar ? ¿ A qué te refieres ?
 - Bueno ... por lo que pude ver, he estado 3 días inconsciente. ¿ Qué me pasó ? - le miré casi suplicando.
 - Ni si quiera los médicos lo saben Alison. - Me miró preocupado - Te encontramos cerca del muelle. Tenías unos pequeños moratones en el hombro, pero no han podido averiguar nada. Esperaban que recordaras algo.
 Me miré el hombro aunque estaba tapado. Quise recordar, pero por más que forcé mi mente, no me venía ni una sola imagen a la cabeza. Había estado pensando desde que me había despertado que pudo haber pasado, pero no conseguía nada. Se hizo un silencio entre ambos, pero no fue roto por ninguno de los dos. Yo me dedicaba a mirar la taza de mi desayuno fijamente, y él se hizo el desayuno.  Me levanté y recogí lo que había puesto en medio. Le di a Petter la nota de Margaret. Esperé que la leyese.
 - Me encargaré yo.
 - Vale Petter.
 - ¿ Vas a salir ? - me miró esperando una respuesta.
 - Sí, voy a dar una vuelta, si no te importa claro ...
 - Puedes salir, pero quiero que tengas cuidado - sonrió levemente y me dio un beso en la frente - Aun te necesito.
 Sonreí como una tonta al escuchar aquello y le abracé por un instante. Besé la mejilla de mi tío y subí a mi habitación. Hacía calor, así que cogí unos shorts y una camiseta de tirantes algo ancha. Me calcé unas converse desgastadas y me cepillé un poco el pelo. Por último cogí la mochila y bajé las escaleras, saliendo de casa.
 Esta vez no fui al muelle, ni tampoco al cementerio. Desde el muelle se veía un faro y quise verlo desde más cerca. Caminé hasta la playa, y aunque no estaba allí, se veía desde más cerca. No había mucha gente la verdad. Abrí la mochila y saqué material  de dibujo, me senté en la fina arena de la playa y comencé a dibujar el faro y lo que lo rodeaba.


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