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domingo, 16 de diciembre de 2012

~No será solo un juego~ /Capítulo 20/

 No me atrevía a desdoblar la nota, tenía miedo de que fueran malas noticias, pero por otro lado quería saber algo sobre Matt. Cogí el suficiente valor como para abrir de una vez la nota. Sin duda alguna era la misma caligrafía que las otras veces. ~Mi preciosa Alison, no sabes cuanto puedo llegar a echarte de menos. Cada día es un sufrimiento sin poderte abrazar y protegerte. Quiero decirte algo mas, no sufras con tus sueños, no dejes que te atrapen. Ellos quieren hacerte daño así. No puedo decirte nada más, lo siento Alison. Búscame allí donde pueden entrar pero no hacerte daño físicamente. Te amo preciosa.~  Tras leer aquella nota no sabía si reír o llorar. De nuevo mi mente se llenó de dudas, unas eran nuevas, pero otras ya llevaban un tiempo ahí. Necesitaba ver a Matt, abrazarlo, saber que estaba bien, no quería conformarme con sus notas, no podía conformarme solo con eso. Me di cuenta de que estaba temblando.
 - ¿ Dónde tengo que buscarte ? - susurré con un hilo de voz, casi era doloroso. - Dónde ... 
 Comencé a releer la nota, no encontré la respuesta, tampoco podía aclarar mucho mis ideas. Decidí cambiar el pijama por la ropa, la piel aun me dolía y tenía pequeños arañazos por todo el cuerpo. " No hacer caso a los sueños ..." esa frase se repetía una y otra vez en mi mente, como si me la hubieran clavado en los pensamientos. 
 - Yo también te echo de menos ... - no sé si él me escucharía o simplemente estaba empezando a volverme loca - Y te necesito aquí ... 
 Noté una leve caricia en la mejilla, o quizá era una leve brisa, pero la puerta y la ventana estaban cerradas, lo que me hizo estremecer. Observé la nota y la guardé en una pequeña caja donde guardaba todas las notas excepto una, que ya daba por perdida. Me asomé por la ventana y vi un coche negro, una imagen vino a mi mente, la cual quise borrar en ese mismo instante. Agité la cabeza y me volví para bajar a la cocina y no preocupar más a mi tío. 
Al entrar en la cocina vi a un hombre desconocido que mostraba una sonrisa que me congeló el entendimiento. Iba vestido de negro, tenía el cabello rubio y los ojos de un negro intenso. Un escalofrío me recorrió el cuerpo entero. Me había quedado de piedra, ni si quiera podía parpadear, mi tío se quedó un poco sorprendido y me pasó el brazo por los hombros, para llevarme al salón.
 - Alison ¿ qué ocurre ? - me miraba esperando una respuesta, debería estar pálida porque mi tío no me había soltado aun y parecía muy preocupado.
 - ¿ Quién es ese hombre ? ¿ Qué hace aquí ?
 - Alison tranquila, solo a venido porque quería ofrecerme trabajo.
 - Dile que se marche - le miré fijamente - por favor ...
 - Alison ... el dinero puede venirnos muy bien. - No apartó la mirada.
 - Pues búscalo de otra manera.
 - Eso no va a ser posible. - Me soltó y se puso justo enfrente de mi agarrándome por los hombros - Lo necesito Alison.
 - Gracias ... - le miré con furia - gracias por no hacerme caso nunca .... - me aparte cuando intentaba coger uno de mis brazos, y me marché saliendo a la calle.
 Caminé despacio y me quedé cerca de casa para ver cuando se marchaba aquel hombre que no terminaba de gustarme. Recordé su mirada y esa sonrisa dibujada en sus labios. ¿ Quién era ese tipo ? Vi a Ethan acercándose, estaba sentada en un viejo columpio. Se sentó al lado sin pedir permiso y se quedó mirándome mientras yo miraba hacia el frente con la mirada totalmente perdida.
Tras un rato, Ethan se levantó y me ofreció su mano. Dudé por un instante si cogérsela o no, pero acabé por hacerlo y levantarme. Él caminó sin decir nada, dejando atrás los columpios y sus ruidos chirriantes.


 Le miré sin decir nada aun y él miró mis ojos sin abrir la boca. Pareció perderse en mi mirada y yo casi me perdí en la suya. No entendía por qué me sentía así, mi corazón pertenecía a Matt, pero Ethan tenía un algo que me atraía. Mi cuerpo parecía temblar al verle, y mis pensamientos se cerraban en banda. Solía ruborizarme al escucharle hablar y era tan guapo. Agité la cabeza para apartar esos pensamientos de mi mente. Pero su mirada aun seguía fija en mi. 



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