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miércoles, 7 de noviembre de 2012

~No será solo un juego~ /Capítulo 16/

Hola :) Antes de nada quisiera pediros un favor, que miréis a la derecha y justo debajo del contador de visitas, votéis en la pregunta que hay "¿De qué tipo elegiríais la siguiente historia?" . Me serviría de ayuda para saber de que os interesaría e ir haciéndome una idea. También podéis seguirme en twitter ( ire_pinkworld )  y pedirme que os avise cada vez que suba una nueva entrada. Os dejo con el siguiente capítulo, espero que os guste. Gracias por leer.

~No será solo un juego~
 Mantuve los ojos cerrados durante unos segundos, finalmente los abrí y miré quien me cogía. Me encontré con los ojos de aquel chico que había tirado en el suelo del cementerio. Miré sus ojos con duda, unos ojos intensos, de un color que no había conseguido descifrar en ese momento. Él también miró mis ojos casi sin pestañear, hasta que por fin reaccionó y me soltó despacio.


 - ¿ Estás .. estás bien ? - su voz era firme, pero en ella se podía percibir algo de preocupación.
 - Estoy bien. Gracias por
 - No, tranquila. - Me cortó antes de poder decir nada. - Pero la próxima vez, ten más cuidado. Las tablas parecen estar bien, pero pueden estar podridas por dentro.
 - Sí - susurré acariciándome el brazo infantil - Debería haber sabido que no aguantarían como antes ...
 - ¿ Lo has hecho más veces ? - me miró algo sorprendido y corrigió su compostura, diciendo algo más serio - Perdona, soy un maleducado, me llamo Byron.
 No pude evitar el soltar una tímida sonrisa. - Alison - dije sonriendo - Y sí, lo he hecho muchas veces, pero siempre de pequeña.
 - Vaya, así que desde pequeña ya eras así ¿ eh ? - soltó una carcajada nostálgica y miró la ventana - Perdón, es que me han hablado de ti.
 - ¿ De mi ? - pensé en Ethan, ¿ quién si no ? - Supongo que ya nos veremos ... - me coloqué bien la mochila y la ropa - tengo que volver del instituto. - Caminé hacia la parte de delante de la casa. Sin decir más.
 Notaba su mirada clavada en mi. No dijo nada, ni si quiera lo intentó. Se giró para proseguir con su camino. No le di la menor importancia, no se a que había venido todo eso.
 Llamé a la puerta un par de veces e intenté parecer cansada. Revoloteé un poco mi pelo, siempre solía traerlo un poco revuelto. Mi tío abrió la puerta y echó un vistazo por detrás de mi. Frunció el ceño extrañado y me dejó pasar.
 - ¿ Vienes sola ?
 - ¿ Tengo que venir con compañía ?
 - Sí ... quiero decir, no - hizo una pausa y cerró la puerta - bueno, creí que Ethan vendría contigo.
 - Ethan ... ¿ debería ? - le miré extrañada.
 - No, bueno ... no sé.
 - Tío, quiero decir Peter ... - suspiré por un momento y le miré - Ethan no viene, y no se por qué estás tan raro, pero no creo que venga.
 - Claro - estaba algo nervioso - Tu móvil sonó, seguramente se te olvidó cogerlo o se te caería esta mañana.
 - Seguramente, voy a soltar la mochila y cambiarme - Comencé a subir las escaleras rápido, como de costumbre.
 - Alison - mi tío se apoyó en la barandilla, mirándome - Baja pronto a comer.
 - Claro - sonreí levemente y continué.
 - Por cierto - Se mantuvo en la misma posición y me detuve de nuevo mirándole esperando que continuara - puedes decirme tío. No es ningún delito y me agrada oírlo de vez en cuando.
 - Por supuesto que sí - sonreí ampliamente, no entiendo muy bien el por qué, pero una grata sensación me recorrió todo el interior y antes de proseguir, terminé la frase - tío.
 Entré en la habitación, satisfecha de como había salido el plan, y solté la mochila. Me puse algo más cómodo y cogí el móvil, que justo en ese momento volvía a sonar, pero como ya hice antes, ignoré la llamada y lo apagué.
 Bajé al comedor y me senté a la mesa junto con mi tío y Margaret. Era algo raro, pero nunca solía decirle tío a Peter y mucho menos tía a Margaret. Ellos se querían mucho, pero Margaret nunca me había procesado el mismo cariño que a una sobrina, así que yo tampoco se lo daba a ella. Parecía un carácter frío, pero ambas sabíamos que había un cariño mutuo oculto entre tanta fachada.
Fue una de las pocas comidas agradables  que he pasado con ellos y me vino muy bien la verdad. Cuando terminé, ayudé a Margaret a recoger y subí a la habitación. Estuve observando algunas de mis cosas y descubrí una antigua afición que tenía, la fotografía. Descubrí algunas fotos, que guardaba como reliquias. No entiendo muy bien el por que perdí la pasión por la fotografía al mudarme. Las fotos eran geniales y a pesar de no haber aprendido en ningún sitio, parecían ser perfectas.
 Otra de mis sorpresas, fue encontrarme la cámara,hacía tanto tiempo que no la usaba, que algo me decía que podía estar estropeada. La examiné y sonreí al ver que funcionaba perfectamente. Algo me hizo pensar que sería buena idea retomar viejas costumbres. Me hice una coleta alta y cogí la cámara. Bajé y salí de la casa, con un simple y alegre - Hasta luego - La puerta se cerró tras de mi y corrí hasta el puerto. Ese paisaje me encantaba, me llenaba, me hacía recordar. Al llegar, me senté como de costumbre al final de este y con una sonrisa, respiré el aroma que desprendía aquel mar, noté la brisa acariciando mi cara y revoloteando mi pelo. Esa sensación me encantaba.
Tras sacar alguna que otra fotografía, me dediqué simplemente a observar el horizonte. El cielo se confundía con el mar. No sabía donde empezaba uno y terminaba el otro. Me vino a la mente la sonrisa de Matt, su aroma, sus ojos ... Era difícil aquello, dolía no saber más.

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