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lunes, 1 de octubre de 2012

~No será solo un juego~ /Capítulo 14/

 Sentí un pequeño escalofrío que recorrió todo mi cuerpo. Pensé en bajar y hablar con él, pero había algo que lo impedía. Pude visualizar una leve sonrisa en su rostro, nadie había mirado la ventana tan fijamente y me había visto asomada a ella, sin embargo él me había visualizado perfectamente. Retrocedí unos pasos, sentía un poco de miedo a decir verdad. Pero siempre había estado cómoda a su lado y nunca había tenido miedo. Era un poco contradictorio. Esa noche fue muy ajetreada, no pude dormir bien. Recordé que por la mañana había encontrado una carta. Me levanté rápidamente y la busqué en el bolsillo en el que la había guardado.
 Alcancé el sobre y saqué una nota en un papel de color azul. Era raro, siempre que encontraba una nota así, venía en el mismo papel azul. Abrí la nota y de nuevo la misma caligrafía :
 Quisiera explicarte tantas cosas que no puedo ... Ojalá pudiera decírtelo todo, pero no conseguirías entender nada. Solo quiero que sepas una cosa, no te fíes de nadie y cuidado con invitar a desconocidos a tu casa. Aunque no esté cerca, siempre te protegeré, te lo prometo Alison. No dejes que te atrap
 Miré extrañada el sobre para saber algo más, pero no había nada que no hubiera leído ya. Suspiré y por lo que ponía, el primero que se me vino a la mente fue Matt. Parecía imposible, pero quien si no. Me levanté despacio y volví a asomarme a la ventana, de nuevo la mirada de Ethan clavada en mi, como si hubiese sabido que iba a asomarme de nuevo. Bajó la mirada al papel azul e hizo un gesto de amargura. Le miré extrañada y volví a la cama, miré el techo por un instante, dándole vueltas a lo que había leído, ¿qué querría decir con eso? Estuve dándole vueltas toda la noche, ni si quiera recuerdo cuando pude dormirme.
 A la mañana siguiente, cuando bajé a desayunar, escuché un mensaje en el contestador. Mi tío y Margaret no vendrían aun. Me preparé el desayuno y me lo tomé tranquilamente, leyendo una vez más la nota. Subí para vestirme y una vez lo hice, bajé de nuevo cogiendo la mochila y saliendo de casa sin esperar que Ethan viniera a recogerme. Ni siquiera me dirigí al instituto, caminé hacia el muelle. Había una silueta que se dibujaba en el horizonte, conforme me fui acercando pude ver que era un chico. Ethan ... pensé en el primer instante en el que le vi. No era él, era un chico que se parecía bastante a él. Achiné un poco los ojos, ¿otro desconocido en el pueblo? , decidí no acercarme y retroceder unos pasos. Negué levemente y miré a otro lado suspirando.
 Mas extraños en el pueblo, no podía haber tanta gente interesada de golpe en este escondido lugar. Cuando estaba lo suficientemente lejos, noté un escalofrío, me giré y el chico que había en el muelle, giraba la cabeza en ese mismo instante hacia el frente. Caminé mas deprisa, no me hacía mucha gracia aquello, me abracé a mi misma y caminé con paso ligero hacia el cementerio. Tampoco parecía que iba a estar bien por allí, había algo que me hacía querer marcharme de allí, pero no parecía haber nadie, no entendía muy bien que me pasaba ese día. Solté la mochila en el suelo y como siempre, me senté cerca de la tumba de mis padres y hermano. Acaricié la lápida como solía hacer y contemplé los nombres, leyéndolos una vez más. Habían pasado unos meses y parecía que había sido ayer cuando mi madre me estaba enseñando a pintarme con su carmín rojo, para jugar a las princesas. Una sonrisa iluminó mi cara al recordarlo.
  - Os echo tanto de menos ... - susurré con unas lágrimas a punto de brotar de mis ojos.
 Comenzó a llover con mucha fuerza y en poco tiempo estaba totalmente empapada. Corrí hasta un árbol cercano y estrujé un poco la ropa y el pelo, esperando a que la tormenta aminorara. El chico que antes había  en el muelle, paseaba bajo la lluvia sin paraguas y sin saber muy bien por donde caminaba. Lo miré desde donde estaba sin decir nada, se acercó a él Ethan. Los miré algo confusa, parecía que discutían sobre algo. En la mano de Ethan había un sobre, parecía el mismo que había leído por la noche, la carta de Matt. Se lo plantó en las narices a aquel chico y yo me quedé atónita ante lo que veía. Ethan nunca se había comportado así. Lo cogió de la camiseta y lo zarandeó, yo estaba abrazándome a mi misma y mirando la escena aun bajo el árbol.
 Al hacer un pequeño movimiento, el chico giró la cabeza hacia mi y seguidamente Ethan, lo que hizo soltar al chico y que este cayera al suelo lleno de barro por la abundante lluvia. Retrocedí hasta toparme con el tronco del árbol.

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